Febrero 9, 2004
Día Soleado, mesa de comedor. Comencé a hacer
algo que nunca había hecho: leer las escrituras con bastante atención, antes no
lo había hecho y si lo hacía era por menos de diez minutos y de manera
despistada. Me sorprendí cuanto había cambiado en estos últimos meses desde que
tome la decisión de salir a una misión regular. Uno de los cambios más notorios
en mi persona fue el deseo de leer más, parecía una droga de la que no me
cansaba de consumir, que rara comparación, pero es algo así, a pesar de que
nunca he sido víctima de alguna adicción. Parecía que la media hora diaria
establecida en mis horarios ya no era suficiente, parecía que el solo el libro
de mormón, no era suficiente, decidí ir con algo grande y busque entre los
libros de mi mama el manual para el alumno usado en institutos de más de 300 páginas allá por los años 70, para mi perspectiva el libro era inmenso, igual decidí
escudriñar y saber el porqué, como y donde de las situaciones dentro de este
libro que comienzo a amar con todo mi corazón y que está formando parte básica del
fundamento de mi fe. Esto ha estado sucediendo todas las mañanas y me asombra
verme sentado del desayuno hasta el almuerzo estudiando, tal vez dentro de mí
quiero compensar el tiempo perdido, tal vez solo es cuestión de aprender más
para cuando me toque testificar en la misión. Aunque debo confesar que mis días
no pasan entre páginas y manuales, sino también en salidas y un romance. Si me
doy el lujo de llamar romances a mis 19 años, tal vez no lo es para otros, pero
es como lo siento ahora y eso es lo que importa. Después de muchísimo tiempo
nunca creí poder ilusionarme otra vez, y así paso, acabo de conocer a una joven
en el barrio y me siento de feliz de que a pesar de sobrevivir un corazón roto,
este se reconstruyo y volvió a latir. Una de las cosas más increíbles que uno
puede aprender es volver a amar. Comienzo a pensar que hay muchas cosas que no
se, por más que lea y lea las escrituras hay algo que aprenderé estando allá,
espero poder responder bien ante ello, dentro de emoción, existe una combinación
de miedos y ansiedad, no me siento preparado, es la verdad pero a pesar de eso
y no tener idea que es lo que me espera, solo sé que tengo que ir y leer todo
lo que pueda.
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